¿POR QUE SE OPONEN PEDRO CHAVEZ Y GERMAN?
Por Andrés Pascual
Víctor Mesa declaró en Cuba que “el gobierno debe autorizar a los peloteros cubanos a firmar contratos con equipos extranjeros”, curiosa forma de evitar la palabra “profesional”, que parece que todavía produce urticaria; pero bueno, algo es algo.
El villareño volvió con la retórica castrista oficial del robo de atletas, con lo que aparentan ser los únicos a los que les firman peloteros “robados”, dejándole fuera del tintero a una población que no conoce ni la A del sistema de contrataciones del beisbol profesional, que en Venezuela, República Dominicana, Colombia, Méjico…también participan de la pelota rentada y nadie lo considera un robo por muy nacionalistas que sean.
Sin embargo, en lo que sí son los únicos, ligeramente diferente a Japón, es en que con los peloteros de Castro se altera la participación del “scout” o buscador de talento, porque llegan directamente a las manos de un agente sin necesidad de ser descubiertos, que tramitará la prueba o “tryout” con las oficinas del Beisbol Organizado en un tercer país y con opción directa asegurada a la agencia libre. Esto, que no lo dicen nunca ni en Cuba ni aquí, hace al pelotero cubano que emigra ilegalmente el único grupo privilegiado extranjero con posibilidades de acceso al beisbol profesional americano.
Incluso cuando la participación de Major League Baseball viró al revés el sistema de contrataciones en República Dominicana con la supervisión directa de Sandy Alderson, la investigación incluyó violaciones de edad por alteraciones de las inscripciones de nacimiento, política que no se sigue contra el jugador cubano, sistemáticamente objeto de ese vicio ejecutado por la tiranía que, o les crea una nueva, o les altera la oficial con el fin de utilizarlos en infantiles y juveniles la mayor cantidad de tiempo posible. Incluso en Dominicana, un jugador que haya cumplido 21 años se las ve negras para poder firmar, mientras que Dayán Viciedo declara aquí 3 años menos de la que tiene realmente y obtiene millones vía agencia libre; o Contreras recibe lo que nunca soñó ni mereció bien entrado en los 30’s. Si esto no es un privilegio de vista gorda, yo no conozco esos significados. Aunque, en el caso cubano, desenmarañar esa madeja no debe ser fácil por los obstáculos que presenta.
Si en todas las competencias ex amateurs de hoy se permiten profesionales, ¿Cuál es el objetivo de sugerir, cada vez que se hable de abrirle espacios “cuentapropistas” al pelotero de la Isla que “después que juegue 8 años aquí”?
Claro que esa alternativa no la entienden los que la proponen y se deriva de una peor comprensión del caso japonés, que tiene un buen beisbol profesional y un público de deporte nacional que paga su entrada bastante caro y no aceptaría que sus jugadores llegaran aquí en edad juvenil sin la posibilidad de nunca verlos en clubes locales, por lo que la política entre los asiáticos y las Grandes Ligas es sobre la base de indemnizaciones, tanto a los clubes a los cuales pertenecen los nipones que vienen como a la Liga Japonesa. Sin embargo, nadie puede descartar que la tiranía este pensando en silencio en la indemnización a Industriales, a Ciudad Habana y a la Comisión Nacional; a fin de cuentas, como extorsionadores sí son buenos esos elementos… Entre Cuba y Japón lo único que sucede es que la pelota cubana no tiene clase y el Beisbol Organizado no se puede dar el lujo de atrasar 8 años el aprendizaje necesario y el desarrollo de un pelotero que viene de un beisbol muerto de hambre, sin capacitación técnica ni brillantez como espectáculo, además con un público que no puede influir en nada, sino aceptar lo que le ordenen.
Pedro Chávez era amateur en Cuba en 1954, el mismo año que debutó Camilo Pascual con los Senadores de Washington a los 20; mayor de edad que Pedro Ramos, Marcelino López, Leo Cárdenas, Valdespino, Tani Pérez, Versalles, la misma que Camilo y no saltó. Hoy leí un tratamiento sobre el individuo como “leyenda”. ¿De verdad pudiera creer alguien que, si la tiranía no se hubiera apoderado de Cuba se le hubiera ocurrido a algún cubano llamarlo “legendario”? Chávez no saltó porque no pudo o no quiso, que jugó amateur durante ocho años de República y profesionalismo en Cuba.
Germán Mesa estuvo algunos años en el equipo de Castro a eventos internacionales, no se quedó porque cree el cuento “de los perros y los negros” todavía; sin embargo, delató al Duque Hernández… Hoy Mesa y Chávez tienen en común que se opusieron al “survey” sobre permitirle al jugador cubano “firmar contrato con equipos de otros países”. Lo interesante no lo dijeron o no lo publicaron: las razones que tienen para opinar así.
Miami, FL., USA
11/16/2010
